jueves, 24 de septiembre de 2009

EL CAPITAN

Hay un jugador que tiene un gran efecto sobre el juego de su equipo, y ese es el capitán.
Primero, digamos que la capitanía no solamente debería ser un honor, sino que debería recaer sobre el mejor jugador disponible.
Existe una tendencia a dejar que la decisión de liderar un equipo recaiga sobre el mejor o los jugadores más sobresalientes, pero en la capitanía hay algo más que el simple juego habilidoso. Un capitán no debe ser un mascarón de proa, cuyas únicas obligaciones son tirar una moneda al comienzo de un partido y pedir tres hurras al final. Por sobre todo debe tener fortaleza de carácter, y por lo general hay en cada club un jugador de personalidad destacada que claramente se adecúa para liderar al equipo. A dicho jugador, sea o no el mejor, debe ir la capitanía.

Es necesario que tenga muchas cualidades, y entre ellas la de tener un genuino y verdadero conocimiento del deporte (con todo lo que ello implica). Pero tan importante como un conocimiento del juego y un temperamento firme es la habilidad para juzgar el carácter de los otros, porque es allí donde se hace sentir una verdadera y real capitanía. El rugby es un deporte esencialmente de equipo, y la responsabilidad de fundir a quince jugadores o más en un todo coherente descansa en el capitán.

Un capitán necesita tacto y comprensión para saber cómo conseguir lo mejor de cada uno de sus jugadores. Esto quiere decir que un capitán debe saber cuándo culpar o elogiar, y hará bien en recordar que el aliento es más necesario que toda la condena o culpa cuando el equipo está jugando mal.Un capitán debe mantenerse tranquilo en la adversidad, y rechazar o negarse al desaliento ante el error, y debe hacer todo lo posible de su parte para dar el ejemplo sobre la cancha con su juego, y mediante el espíritu con el que juega en el deporte, para que sus jugadores estén contentos de seguirlo.

Un capitán es realmente el embajador de su club fuera de la cancha como también es su líder en la acción del juego. No solamente debe jugar él mismo un juego limpio, sino que si cualquiera de sus jugadores muestra alguna tendencia hacia los métodos desleales, éstos deben salir inmediatamente y ser informados del motivo por el que se los hace salir del partido…Como conclusión, podemos decir que estamos seguros de que un equipo mediocre bien capitaneado, con frecuencia rendirá mejor que un equipo de brillantes individualidades cuyos talentos no sean coordinados por el liderazgo de un capitán.

Del libro “Rugby” de W.W. Wakefield y H.P. Marshal

Prensa y difusión
Los Osos Rugby Club

1 comentario:

Anónimo dijo...

buen blog,
saludos.
www.rugbyandfitness.blogspot.com